SCIO: Revista de Filosofía

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Persson, I. & Savulescu, J. (2019). Inadatti al futuro. L’esigenza di un potenziamento morale. Torino: Rosenberg & Sellier

María Soledad Paladino1

El presente libro es una traducción en lengua italiana del original inglés publicado en 2012. Ingmar Persson y Julien Savulescu son reconocidas voces en la discusión académica sobre el potenciamiento moral la cual traspasó las fronteras del ámbito anglosajón.

La estructura de la obra se asemeja a una pirámide: el lector se va aproximando al núcleo del potenciamiento moral transitando los nueve capítulos que preceden al último en el cual, como cima de la obra, se ofrece una exposición completa de la temática. Esta estructura refleja la intención de los autores, esto es, reconocer que el potenciamiento moral es la única salida posible para resolver los problemas resultantes del mal uso de la tecnología. En efecto, una de las principales tesis del libro es evidenciar que gracias a la ciencia y la tecnología el hombre cambió radicalmente las condiciones de su vida mientras que su psicología moral permaneció inalterada a lo largo del tiempo. En consecuencia, el hombre no está dotado con una psicología moral adecuada que le permita afrontar los acuciantes problemas morales creados por las nuevas condiciones de vida. Entre los principales problemas se cuentan la posibilidad de utilizar armas de destrucción masiva, el cambio climático y la degradación del ambiente.

En el primer capítulo el lector se aproxima a los trazos principales del marco antropológico que sustenta el potenciamiento moral defendido por Persson y Savulescu. Desde una perspectiva darwiniana, se afirma que el hombre es un animal que ha evolucionado bajo la influencia de determinadas presiones, y que la moral existe para facilitar la coordinación y la supervivencia de grupos pequeños. En este contexto, se reconoce que la naturaleza humana tiene intrínsecos límites físicos, cognitivos, emocionales y morales que dificultan la adaptación al nuevo escenario tecnológico, hecho que constata que el hombre no está adaptado para el futuro. Aunque no se excluyen las influencias culturales y sociales, se reconoce que el comportamiento moral tiene una importante base biológica –genética y neurobiológica– susceptible de ser modificada. La modificación intencional de la naturaleza por la ciencia en vistas a mejorar la capacidad moral del hombre se denomina potenciamiento moral. Ahora bien, lejos de ser un mero deseo, dicha modificación científica de la naturaleza constituye un imperativo moral puesto que la ciencia ayuda a ser mejores que la naturaleza. En efecto, los autores consideran que la educación moral tradicional y las técnicas sociopolíticas son insuficientes para potenciar las motivaciones morales que garantizan un uso sabio y oportuno de la tecnología.

En el segundo capítulo los autores ofrecen un mapa de la moral del sentido común y de algunas disposiciones psicológicas relacionadas con ella. La moral del sentido común, propia de la naturaleza humana, es la resultante de un conjunto de disposiciones psicológicas que tienen origen en la historia de la evolución. Tales disposiciones psicológicas son precisamente el objeto del potenciamiento moral. En efecto, los autores reconocen que el potenciamiento cognitivo orientado a perfeccionar el razonamiento moral, siendo necesario, es insuficiente para conseguir el potenciamiento moral: son las disposiciones morales constitutivas de la motivación profunda de la conducta las que dan razón de las reacciones morales y de las acciones humanas. A causa de la mayor facilidad que el hombre experimenta para dañar que para ayudar, la moral del sentido común evolucionó permitiendo la convivencia de los grupos humanos. Este hecho explica por qué la moral pone más el acento en el non nuocere que en hacer el bien. Este rasgo constitutivo de la psicología moral se conjuga con otros como el sesgo temporal (menor preocupación por lo que está más distante), el sesgo espacial (mayor interés por el bienestar personal y el de los más próximos), la insensibilidad al número (la compasión es inversamente proporcional a la cantidad de destinatarios) y, más relacionado con la teoría de la acción, la llamada responsabilidad sobre base causal, esto es, la disminución del sentido de responsabilidad ante las omisiones. La articulación de estos rasgos da razón de la dificultad del hombre para preocuparse por el bien de las generaciones futuras distantes en el tiempo y en el espacio. Como reconocen los autores, es necesario superar los límites psicológicos asociados a estos rasgos para solucionar definitivamente el problema del cambio climático y ambiental. En efecto, sólo tal superación permitirá consolidar una voluntad capaz de realizar sacrificios personales por el bien de los demás. A este fin se orienta el potenciamiento moral.

En los capítulos sucesivos Persson y Savulescu examinan el impacto de esta conformación psicológica en lo que concierne la adaptación a la vida en la sociedad moderna. El hilo conductor puede formularse en estos términos: esta psicología moral, ¿nos garantizará la estabilidad o nos llevará a la ruina? La tesis de la cual se parte es que la naturaleza humana no está preparada para afrontar el desmedido crecimiento tecnológico, hecho que da origen a abusos catastróficos de la ciencia como son las bombas atómicas o las armas biológicas. A esta situación se añade lo que los autores denominan la tragedia del bien común originada por el comportamiento egoísta y miope. El consumo excesivo de los recursos y un estilo de vida consumista y derrochador, despiertan la inquietud acerca de la cooperación individual en la tragedia del bien común, la cual asume una forma aguda en el cambio climático y ambiental antropogénico. Los autores sostienen que resultará imposible a las democracias liberales llevar adelante una política para revertir la situación. Por una parte, dicha reversión implicaría que la mayoría sacrifique su interés personal para promover el de las generaciones futuras, lo cual exige superar los límites de la psicología moral. Por otro lado, los recursos de la democracia liberal son limitados ya que la restricción de las libertades individuales, de ciertos derechos legales o las reformas impopulares con relación al estilo de vida no son vistas con buenos ojos por los votantes. En conclusión, los autores afirman que la democracia liberal no puede hacer frente a los desafíos que plantea la vida moderna. Pero lejos de reemplazar este sistema de gobierno por el autoritarismo, los autores proponen el potenciamiento moral de los electores puesto que, como sostienen, las decisiones políticas son cuestionadas o rechazadas debido a los límites motivacionales de las personas. En efecto, el sesgo temporal, la insensibilidad al número y el altruismo restringido al ámbito local manifiestan que la solución a tales problemas no es sólo política sino, sobre todo, moral. De aquí la necesidad del potenciamiento moral para garantizar la supervivencia de la humanidad.

El libro de Persson y Savulescu está planteado como un llamado a desarrollar la investigación en el biopotenciamiento moral, esto es, la modificación de la psicología moral por medio de la farmacología y de la ingeniería genética. Existen dos líneas de investigación que buscan demostrar que la manipulación biológica puede tener efectos morales: una relacionada con la hormona y el neurotransmisor oxitocina, y la otra relacionada con los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina. Como reconocen los autores, la investigación está aún en los albores y no ha producido hasta el momento resultados convincentes. Más allá de esta conclusión, el libro adolece de sólida base científica en lo que respecta la cuestión. Con esto, se comprende que su propuesta resulte inconcluyente puesto que no están en condiciones de garantizar que el tan anhelado proyecto será efectivamente viable. Por otra parte, los autores asumen apriorísticamente que el biopotenciamiento moral no presenta objeciones morales.

Persson y Savulescu evidencian la necesidad de profundizar filosóficamente en el potenciamiento moral para hacer frente a los desafíos conceptuales que esta temática plantea y que han sido señalados por los críticos. Una de las principales objeciones es que la manipulación biomédica de la psicología moral puede disminuir la libertad y, con ello, la responsabilidad. Los autores salen al paso de esta objeción con dos argumentos. En primer lugar, explican que el biopotenciamiento no transforma al hombre en un robot sin mente, es decir, el hombre potenciado actuará por las mismas razones por las cuales obra el hombre más moral. Por otra parte, y este es el argumento más contundente, el biopotenciamiento, lejos de reducir la libertad, la amplía puesto que hace al sujeto más capaz de superar los límites que lo retraen de hacer lo que considera bueno o mejor. En otros términos, los autores concluyen que modificar el estado motivacional de las personas tiene un efecto liberador. Por otro lado, reconocen la necesidad de adentrarse en el nudo gordiano de la cuestión, esto es, en qué consiste el mejoramiento moral, pregunta que corresponde a la filosofía responder puesto que los valores no son hechos naturales. En esta misma línea, auguran una profundización también desde la ética filosófica en orden a comprender cuáles deben ser los objetivos del potenciamiento moral.

La obra está enriquecida con un epílogo de A. Lavazza y M. Reichlin en el cual se presenta la génesis y el status quaestionis del debate en torno al potenciamiento moral junto a las principales voces críticas. El mismo resulta de gran interés para familiarizase con este tema que, sin duda, despierta interesantes interrogantes antropológicos y éticos.

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1 Universidad Austral.

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