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REFLEXIONES SOBRE M. L. MORGAN (ED.). (2019). THE OXFORD HANDBOOK OF LÉVINAS. NEW YORK: OXFORD UNIVERSITY PRESS

REFLECTIONS ON M. L. MORGAN (ED.). (2019). THE OXFORD HANDBOOK OF LÉVINAS. NEW YORK : OXFORD UNIVERSITY PRESS

David García-Ramos Gallegoa*


a Facultad de Filosofía, Letras y Humanidades. Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir.

E-mail: david.garcia@ucv.es

 

Ante un trabajo tan extenso (864 pp.) y de autoría tan variada (38 autores) como el que nos ocupa en esta reseña, la tentación es la de hacer un elenco de los temas tratados y de aquellos ausentes, de lo que hay y de lo que no hay –de esto último suele ser aquello de lo que al autor de la reseña, por lo general, le hubiera gustado que hubiera algo–. Por supuesto, querría dar cumplida cuenta de todo ello. No obstante, quisiera también abordar la cuestión más amplia de la proliferación de libros colectivos de este tipo –y de los dedicados a pensadores de la dimensión de Emmanuel Levinas en concreto–. ¿No constituyen una especie de hipertrofia de la literatura secundaria? ¿Un fruto, tardío y sin sabor, de una excesiva especialización, que ha logrado enviar a las humanidades a la sala de enfermos terminales en este hospital en el que se parecen encontrarse las instituciones de educación superior en todo el mundo?1

El profesor Morgan, emérito de las universidades de Indiana y Toronto, catedrático de Filosofía Judía y profesor visitante en Yale, Princeton o Stanford, ha publicado y editado un gran número de obras dedicadas a Levinas o al pensamiento judío (Morgan, 2001a, 2001b, 2007, 2011; Morgan y Gordon, 2007; Morgan y Pollock, 2008). Existían ya algunas obras de este tipo sobre Levinas en inglés (Critchley y Bernasconi, 2002) y otras en francés (Chalier y Abensour, 1991). En español hay varias y cito una temprana, al poco de fallecer, en la Revista Anthropos (Sucasas Peón, 1998) y otra más reciente, fruto de un encuentro en Valencia (Alonso Martos, 2008). Es una muestra casi simbólica, pequeñísima, de la literatura secundaria que ha suscitado la obra del que sin duda se ha convertido ya en una de las figuras que pasarán a la historia de la filosofía del siglo xx, y a la historia del pensamiento en general, esto último por algo que veremos más adelante2.

Entonces, ¿qué haría especial este volumen? ¿Es necesario cargar con más peso las estanterías de las bibliotecas, ahora que se han hecho también virtuales? Al contrario de lo que sucede en las ciencias y en las técnicas, en humanidades la literatura no hace crecer el conocimiento cuantitativamente, sino cualitativamente. Será lo significativo de la aportación lo que haga avanzar el conocimiento –si es que se puede hablar de “avance” en este ámbito del saber–. En el caso concreto de Levinas dos han sido las publicaciones que han contribuido a tal “avance” en el conocimiento de su obra.

En primer lugar, las traducciones a otras lenguas filosóficas. Leer a Levinas en francés, en su particular idiolecto levinasiano, es una tarea exasperante que puede enervar a cualquiera. Unida a esta cuestión existen otras dos que han dificultado no menos la recepción y comprensión de su obra –su “avance”–: el uso de un lenguaje enormemente técnico y abstracto, que bebe de fuentes fenomenológicas, y el estado “realmente deficiente” del texto original, por las erratas y los anacolutos debidos a la falta, en ocasiones, de palabras y de lo que parecen ser incluso líneas enteras, tal y como indicaba recientemente su mayor conocedor en España, precisamente al publicar una nueva –y necesaria– traducción de Totalidad e infinito (García-Baró, 2016: 11). El esmero en la calidad de la edición y traducción de las obras de un autor como Levinas debería ser uno de los objetivos principales de sus estudiosos, sin necesidad de mayores razones que las que dieron los distintos renacimientos culturales y la edición filológica de los textos recibidos, desde la época de Alejandría hasta el siglo xx de Jaeger y Wilamowitz, pasando por la Escuela Toledana de Traductores, el Renacimiento italiano o las ediciones oxonienses de los clásicos grecolatinos3.

El segundo tipo de publicaciones que contribuyen al “avance” en el conocimiento de la obra de Levinas es el de sus obras completas, que incluyen la publicación de los trabajos inéditos. Labor que se inició hace ya más de una década bajo la dirección de Jean-Luc Marion. De los cinco tomos previstos, han aparecido los tres primeros, dedicados a los inéditos (Levinas, 2009a, 2009b, 2013)4. Los dos restantes, que llevarían el título provisional de Philosophie 1 y 2, no han aparecido todavía y no parece que lo vayan a hacer pronto. Son precisamente estos últimos los que darían a la luz, se espera, los textos de aquellas obras que consagraron a nuestro autor, las que le dieron el prestigio del que hablábamos y su lugar en la historia del pensamiento. Hasta que esa edición se produzca tendremos que conformarnos con traducciones dependientes de textos en ese “estado deficiente” al que hacía referencia García-Baró.

En el texto que abre este handbook, titulado “Reading Levinas Today” (pp. 1-16), parece dar a entender su editor M. L. Morgan que la influencia y descubrimiento de Levinas se inicia con la publicación de una monografía sobre Levinas en inglés el año 1974. El libro lo escribe Edith Wyschogrod y se titula Emmanuel Lévinas: The Problem of Ethical Metaphysics. En cierto sentido, la obra que estamos reseñando podría resultar sesgada, lingüística y culturalmente, y hasta un punto “imperialista”. Sin embargo, varios factores, también conocidos para el lector europeo, contribuyen a explicar el punto de partida marcadamente angloamericano del volumen. En los años setenta el inglés había comenzado a convertirse en la lengua que competía con el alemán en la Analecta Husserliana, órgano de difusión, desde 1971, de The World Phenomenology Institute, fundada por la fenomenóloga de origen polaco Anna-Teresa Tymieniecka. La profesora Tymieniecka había desarrollado parte de su carrera, a partir de los años cincuenta, en Estados Unidos. Por otro lado, contribuye a su difusión el magisterio de Robert Bernasconi, en Inglaterra, con importantes e influyentes discípulos como Simon Critchley, y especialmente en Estados Unidos, al tiempo que se producía el “desembarco” allí de la Théorie. Todos estos factores contribuyeron a que creciera rápidamente, en el ámbito de la filosofía angloamericana, la fama de un pensador francés cuya obra Derrida citaba con profusión y al que había dedicado, tempranamente, un largo ensayo de casi un centenar de páginas (Derrida, 1964a, 1964b).

Es necesario tener en cuenta este contexto, que Morgan no señala más que de forma parcial en su introducción, para comprender la necesidad de un volumen como el que nos ocupa, a pesar de todos los “peros” que hemos puesto hasta aquí. De manera que ahora deberíamos poder responder a la pregunta de qué ofrece este libro que no hayan ofrecido otros similares (Critchley y Bernasconi, 2002; Katz y Trout, 2005). En primer lugar, incluye en distintas contribuciones el conocimiento que hasta ahora nos ha aportado la publicación de los cuadernos inéditos de cautiverio, conocimiento necesario para entender y comprender el proceso de lectura y elaboración de un pensamiento que en los años treinta y cuarenta se está formando aún. El capítulo debido a Hammerschlag (pp. 21-34), por ejemplo, da cuenta del tomo 1 de los inéditos. En el texto que Eagletone dedica a Levinas y el holocausto (pp. 35-51) hay una única referencia a los “Cuadernos de cautiverio” inéditos hasta 2009 (p. 36, n. 9). Otra de las contribuciones, “Levinas, Blanchot, and Art”, de Kevin Hart (pp. 53-70), se refiere a uno de los esbozos de novelas anotados en los cuadernos de cautiverio, pero no menciona ni encontramos en las referencias bibliográficas el tomo 3, que contiene dos ensayos de novela breve, Eros o Triste opulence y La dame de chez Wepler, tratados por Hand (pp. 529-547). Uno se pregunta si el hecho de que no aparezcan más menciones a estos importantes documentos no responderá al hecho de que los inéditos aún no han sido traducidos al inglés.

Sin ir más lejos, una de las aportaciones más interesantes del volumen, la de Cynthia Coe, sobre feminismo y maternidad en Levinas –que ha sido uno de los temas más polémicos en la literatura levinasiana–, no toma en cuenta, sin embargo, ninguna de las numerosas referencias que de lo femenino y la maternidad aparecen en los cuadernos de cautiverio5. De Catherine Chalier, de quien podríamos decir que es la voz más autorizada, tal vez con la de Tina Chanter, para hablar de feminismo desde una perspectiva levinasiana crítica, no se cita, por ejemplo, Figures du féminin (Chalier, 2007).

La segunda aportación de este volumen reside en su variedad. Es cierto que esa variedad, fruto como decíamos de la hiperespecialización académica, no es necesariamente positiva, pero sí que da cuenta de algo que todos los que hemos leído y trabajado a Levinas hemos creído percibir al leerle: que tiene algo que decir y que ese “algo” es aplicable a muchas facetas de lo que Morgan llama, con variaciones, “our ordinary (…), everyday (…), social and political (…)” (pp. 9-15) hasta en veinte ocasiones en solo seis páginas. Ese “algo” es esa idea monomaniaca de la primacía de la ética, a la que Critchley y Bernasconi hacían referencia en un volumen como este (Critchley y Bernasconi, 2002). Para Morgan, si bien reconoce la presencia de esa idea, presente en el cara a cara, en la responsabilidad infinita hacia el otro y en el concepto de sustitución y rehén, quiere rehabilitar a un Levinas más variado, más complejo y posmoderno. Un Levinas al que llega a excusar por sus deslices poco afortunados sobre el feminismo y sobre el etnocentrismo. El volumen persigue un ideal de diversidad muy al tenor de los tiempos. No obstante, y pesar de querer superar críticamente los sesgos levinasianos respecto a raza, frontera, extranjero, femenino, sesgos que son etno y heterocéntricos, casi patriarcales, hay ciertas ausencias que duelen más que otras. Por ejemplo, que en un volumen dedicado al filósofo “of the dispossessed, the displaced, the refugee, the impoverished, the suffering, and the hungry” (p. 5) se le dedique solo un capítulo en el que se hable, dentro del contexto de los postcolonial studies, de los refugiados (el que escribe Sealey, pp. 635-655). En esa misma línea, sin embargo, al alimento, al hambre y al hambriento le dedica Wurgaft un trabajo (pp. 549-565) en el que se comentan de manera especial De la evasión y las páginas sobre el alimento y la comida de Totalidad e infinito.

Los dos últimos capítulos mencionados se encuentran en la que a mi parecer es la parte más interesante de este Handbook of Lévinas. Me refiero a la IV, dedicada a la “Ética más allá de la filosofía”. Encontramos en ella trabajos dedicados al cine, a la educación,6 a la responsabilidad civil, a la guerra justa y a la filosofía analítica –uno se podría preguntar con cierta malicia por qué este trabajo está dentro de un apartado titulado “… más allá de la filosofía”–. Aquí sí que la variedad da cuenta del potencial del pensamiento de Levinas, de una auténtica primacía de la ética, que viene no ya a sustituir a la metafísica, sino a renovarla.

La progresión de los trabajos responde a un esquema que el profesor Morgan explica con gran acierto en la introducción: de las influencias y puntos de partida, tanto académicos como biográficos de Levinas –el Holocausto y Husserl, el nazismo y Heidegger, Platón, Hegel y Derrida– en la “Parte I” (pp. 21-215), pasaríamos a los principales temas filosóficos en la “Parte II” (pp. 219-381). El plural aquí es fundamental, para entender que no hay un solo tema levinasiano: de la filosofía trascendental al mesianismo, sin olvidar el rostro del otro, la subjetividad y la sustitución, la política y el tercero, la responsabilidad como mandamiento, o la temporalidad. El “otro” como instancia filosófica, no obstante, y a pesar de lo que afirme Morgan, se presenta como “la” idea levinasiana: de ella dimanan la llamada, la trascendencia, la responsabilidad, la ética, etc. Decir que Levinas es el filósofo de la otredad puede hacernos caer en el riesgo de reducir a Levinas a “a mere façade associated with slogans and clichés” (p. 2). Este tipo de incomprensiones son las que con dureza critica Peñalver (2000: 16, nota 7). El motivo es que los textos de Levinas son difíciles, densos y áridos, no solo por su léxico técnico-filosófico, sino también, sobre todo, precisamente porque el discurso en Levinas lleva la traza del Otro indeleble pero ilegible, que nos obliga a responder, en un intento de interpretación. El propio discurso de Levinas quiere reflejar, al mismo tiempo que revela su traza, la huella del Otro sin llegar a traicionarla. Por eso, donde a mi entender se encuentra la auténtica aportación de este volumen es en aquello que no puede evitar ser: un producto de la academia norteamericana. En el diálogo con la tradición filosófica angloamericana, con la filosofía analítica y el pragmatismo, es donde encontramos el camino para ir más allá del Levinas rebajado y descafeinado que circula en eslóganes y giros éticos en todas las disciplinas humanísticas, acompañadas siempre del complemento de nombre “del otro” o “de la otredad”, con y sin mayúsculas. La “Parte III” (pp. 385-491) recoge uno de los aspectos más trabajados en la “Teología de la Vieja Europa”: la dimensión religiosa y teológica del pensamiento de Levinas. Los trabajos aquí recogidos, que van de la Biblia al sionismo, pasando por el Talmud y los denominados escritos judíos, y ofrecen una visión bastante completa de este aspecto del pensamiento de Levinas que para algunos es su punto más débil: su sesgo religioso. Por último, la “Parte V” (pp. 689-813) propone algunas de las críticas más frecuentes realizadas al pensamiento de Levinas, sin caer en la repetición de esas mismas críticas antes bien, de nuevo, entablando un diálogo renovado. Constituyen, sin duda, un excelente punto de partida para leer críticamente a Levinas.

El diálogo que nos ofrece este volumen es, para bien y para mal, el diálogo que la filosofía en particular y las humanidades en general sostienen desde hace más de tres décadas con Levinas. El interés de un Cavell o un Putnam por el filósofo francés es genuino, libre de prejuicios y de gran calado y profundidad. Que algunos de los textos aquí reunidos recuperen ese interés angloamericano y las líneas que esos diálogos han abierto es de agradecer. Suponen además una corriente de aire fresco para las polvorientas estanterías continentales y seguramente inviten a nuevos caminos de interpretación en generaciones por venir.

Referencias bibliográficas

Alonso Martos, A. (ed.) (2008). Emmanuel Levinas: La filosofía como ética. Valencia: Universitat de València.

Chalier, C. (2007). Figures du féminin: Lecture d’Emmanuel Levinas. Paris: Des Femmes-Antoinette Fouque.

Chalier, C., Abensour, M. (eds.) (1991). Emmanuel Levinas. Paris: Editions de l’Herne.

Critchley, S., Bernasconi, R. (eds.) (2002). The Cambridge companion to Levinas. Cambridge: Cambridge University Press.

Derrida, J. (1964a). Violence et métaphysique: Essai sur la pensée d’Emmanuel Levinas. Revue de Métaphysique et de Morale 69(3), 322-354.

Derrida, J. (1964b). Violence et Métaphysique: Essai sur la pensée d’Emmanuel Levinas (Deuxième partie). Revue de Métaphysique et de Morale 69(4), 425-473.

García-Baró, M. (2016). Presentación. En E. Levinas, Totalidad e infinito: Ensayo sobre la exterioridad. Salamanca: Sígueme.

Katz, C. E., Trout, L. (eds.) (2005). Emmanuel Levinas (Vols. 1-4). London / New York: Routledge.

Levinas, E. (1969). Totality and infinity: An essay on exteriority (A. Lingis, Trad.). Pittsburgh, Pa: Duquesne University Press.

Levinas, E. (1990). Totalité et infini essai sur l’extériorité (reimpr.). Paris: Librairie générale française.

Levinas, E. (2009a). Carnets de captivité ; suivi de sur la captivité et Notes philosophiques diverses (R. Calin y C. Chalier, Eds.). Paris: Bernard Grasset, IMEC.

Levinas, E. (2009b). Parole et silence et autres conférences inédites au Collège philosophique (R. Calin y C. Chalier, Eds.). Paris: Bernard Grasset, IMEC.

Levinas, E. (2013). Eros, littérature et philosophie: Essais romanesques et poétiques, notes philosophiques sur le thème d’éros (J.-L. Nancy & D. Cohen-Levinas, Eds.). Paris: Bernard Grasset, IMEC.

Levinas, E. (2013). Escritos inéditos 1. Cuadernos del cautiverio, Escritos sobre el cautiverio y Notas filosóficas diversas (R. Calin y C. Chalier, Eds.; M. García-Baró, M. Huarte Luxán, y J. Ramos, Trads.). Madrid: Trotta.

Levinas, E. (2015). Escritos inéditos 2. Palabra y silencio y otros escritos (R. Calin y C. Chalier, Eds.; M. García-Baró y M. Huarte Luxán, Trads.). Madrid: Trotta.

Morgan, M. L. (2001a). Beyond Auschwitz: Post-Holocaust Jewish thought in America. Oxford: Oxford University Press.

Morgan, M. L. (2001b). Interim Judaism: Jewish thought in a century of crisis. Bloomington: Indiana University Press.

Morgan, M. L. (2007). Discovering Levinas. New York: Cambridge University Press.

Morgan, M. L. (2011). The Cambridge introduction to Emmanuel Levinas. New York: Cambridge University Press.

Morgan, M. L., Gordon, P. E. (eds.). (2007). The Cambridge companion to modern Jewish philosophy. New York: Cambridge University Press.

Morgan, M. L., Pollock, B. (eds.). (2008). The philosopher as witness: Fackenheim and responses to the Holocaust. Albany: State University of New York Press.

Peñalver Gómez, P. (2000). Argumento de alteridad. La hipérbole metafísica de Emmanuel Levinas. Madrid: Caparrós.

Sucasas Peón, J. A. (Ed.). (1998). Emmanuel Levinas: Un compromiso con la Otredad. Pensamiento ético de la intersubjetividad. Barcelona: Proyecto A Ediciones.

Notas

1 Sobre el fin y la finalidad de las universidades se ha hablado mucho en los últimos decenios, pero el debate se ha intensificado especialmente con motivo de la crisis sanitaria provocada por la COVID-19.

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2 Soy consciente de que me dejo fuera la abundantísima bibliografía en italiano, especialmente la obra de autores como el profesor Ciglia, que lleva escribiendo sobre Levinas, con gran calidad y humildad, desde los años ochenta.

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3 En el caso de las traducciones al inglés, hay que señalar aquí que la calidad de estas deja bastante que desear. Además de tener que renunciar a los juegos de palabras o sentidos implícitos, como sucede incluso en otras lenguas románicas más cercanas al francés, en ciertas ocasiones se trata algo más que una traducción fallida: faltan incluso frases enteras, y se recurre constantemente a los corchetes para dar la palabra en francés. De lo primero, un ejemplo característico: donde el original francés de Totalité et infini dice “Ni la possession, ni l’unité du nombre, ni l’unité du concept, ne me rattachent à autrui. Absence de patrie commune qui fait de l’Autre l’Etranger; l’Etranger qui trouble le chez soi” (1990, p. 28), la traducción de Lingis dice “Neither possession nor the unity of number nor the unity of concepts link me to the Stranger [l’Etranger], the Stranger who disturbs the being at home with oneself [le chez soi]” (1969: 39), dejando sin traducir “Absence de patrie commune qui…”. No cabe duda de que esto ha contribuido en esta lengua a una inmerecida fama de oscuridad y hermetismo, casi esoterismo, de la obra de Levinas.

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4 Existe traducción al castellano en la editorial Trotta de los dos primeros volúmenes que, no obstante, evitan todo el necesario aparato crítico que sí incluye la edición francesa original (Levinas, 2013, 2015).

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5 En el tomo 1 de los inéditos he contado, por encima, al menos 10 referencias a lo femenino, en ocasiones en relación con la fecundidad, en otras con la maternidad, o con ambas. Desde mi punto de vista, arrojan la luz necesaria para entender el proceso de composición y las preocupaciones e intereses filosóficos que terminarán cristalizando en dos obras que van a explorar la paternidad, De la existencia al existente (1947: 167) y lo femenino y la fecundidad, El tiempo y el otro (1948), temas recurrentes también en Totalidad e infinito (1961) y en De otro modo de ser (1974). En realidad, acertamos a ver cómo en origen ambos conceptos se pensaron al mismo tiempo y solo la necesaria exposición lineal de los conceptos de paternidad, femenino y maternidad obligaron a Levinas a presentarlos de modo tal vez tosco e incompleto –lo que le valió la crítica del feminismo, en primer lugar la de Simone de Beauvoir en la primerísima página de su obra El segundo sexo.

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6 Escrito por Claire Katz, resultará de interés para aquellos interesados en filosofía de la educación que hayan conocido a Levinas a través de la obra, por ejemplo, de Joan Carles Mèlich o de Fernando Bárcena.

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