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Hernández Prados, M.ª A. (2017). Educación para la vida ciudadana en una sociedad plural. Murcia: Editum, 338 pp. ISBN: 978-84-697-6371-1

 

La doctora María Ángeles Hernández Prados, coordinadora del libro Educación para la vida ciudadana en una sociedad plural, ofrece en él una lectura a través de varias aportaciones de autores, de ponencias presentadas por distintos profesionales de diferentes universidades de España, en el que ponen de manifiesto la actual situación que atraviesa la ciudadanía en relación a la cuestión “¿Qué tipo de ciudadanía queremos formar en una sociedad plural?”, invitándonos a reflexionar sobre ello.

En la primera parte del libro, “Migraciones y educación: claves para la reconstrucción de una ciudadanía”, pone de manifiesto nuestra realidad social y cultural junto a los actuales fenómenos migratorios. Hechos estos que, unidos a conceptos como globalización, nos muestran y ponen de manifiesto nuestro más crudo y actual saber sobre las desigualdades entre grupos, culturas, etnias, sociedades, etc., generando un profundo y global conocimiento, concienciándonos de los desequilibrios gestados en nuestra moderna sociedad.

Ante los desequilibrios generados por la globalización, se demanda el derecho de una “ciudadanía universal” en las que todas las personas puedan participar, cooperar y disfrutar del progreso, expectativas, futuro y esperanza, que nos brindan las comunidades modernas. Entre otras cosas, que para las personas que quieran tener una vida mejor, que busquen un lugar donde poder sobrevivir con dignidad. Que aquellos que se vean obligados, o de forma voluntaria, a dejar sus países de origen, se vean arropados por políticas migratorias adecuadas. Es conocido que las actuales políticas migratorias impiden el paso de estas personas, y además este fenómeno es considerado una seria amenaza.

Durante el recorrido de estas aportaciones, el lector puede reflexionar en temas como el escaso conocimiento de estos flujos migratorios, o como el superficial concepto que se tiene de este influye negativamente en temas como la educación e inclusión de los niños de origen inmigrantes, lo que provoca segregación escolar y exclusión social. Finalmente genera un debate en el que sobre todo lo que más preocupa es la pérdida de calidad educativa de los residentes autóctonos.

En todas las aportaciones expuestas coinciden en que la educación no debe quedarse al margen de estos problemas, ya que se necesita instrumentos educativos para después llevarlas a la práctica y poder dar solución a estas situaciones, con el objetivo de promover una ciudadanía diversa más allá de las fronteras.

La desigualdad que existe entre países ricos y pobres es uno de los aspectos donde se manifiesta la globalización económica, lo que da lugar a que grandes colectivos tengan que huir de su país de origen, emigrando a otros países. También aquellos desplazados por otras razones como guerras o catástrofes naturales. Todo esto conduce a buscar nuevas iniciativas y colaboración ciudadana para paliar estas situaciones y otras y a su vez trabajar para los prejuicios y conseguir una vida mejor en comunidad.

A lo largo de las aportaciones se puede reflexionar ante las diferencias entre migrantes y refugiados y el funcionamiento de las políticas migratorias actuales. Y cómo no la importancia de los programas de diversidad lingüística y el uso de las TIC en las escuelas. Todo ello facilitando el acceso a los derechos sociales y en definitiva creando propuestas para contribuir en una nueva ciudadanía.

Para poder construir una ciudadanía moderna, concienciada y responsable es importante fomentar el desarrollo de una ciudadanía multicultural donde se reconozca que los desequilibrios generados por la globalización provocan movimientos migratorios, por diversos motivos de los cuales no es posible mantenerse al margen; que nuestra actitud debe de ser proactiva, y nuestra conciencia social “activa” en aras de articular, fomentar y crear en nuestra sociedad las herramientas necesarias para afrontar tales retos.

La segunda parte, “Ética y ciudadanía”, es más reflexiva, haciendo mención a una “Construcción ética de la ciudadanía en la actualidad” en la que los ponentes se basan en los varios aspectos que mueve el mundo y que a través de la observación, los hechos y el concepto social actual se detecta la necesidad de actualizar los valores para una ciudadanía global. Sin hacer caso omiso a que uno de los principales objetivos de la educación es la formación de los ciudadanos de hoy en día.

Para todo esto se plantean propuestas de educación para la ciudadanía. Ya que esta es una herramienta que permite educar en valores tan necesarios en la sociedad actual, favoreciendo la igualdad, la democracia, la participación del ciudadano, la libertad, etc.

Cabe destacar también las propuestas educativas innovadoras, como propuestas de aprendizaje y servicio a la comunidad, y que tratan temas como educación ciudadana en adolescentes a través de aplicaciones en dispositivos móviles. Aplicaciones que deben promover valores sociales, fomentar la participación social. Se trata de aplicaciones que, de alguna manera, promuevan el respeto, la libertad y la tolerancia desde la responsabilidad social y el respeto. Además es una nueva forma de aprendizaje y facilita que se produzca en cualquier momento y lugar. Otra manera de fomentar la educación no formal a través de estos dispositivos.

La tercera y última parte, “Buenas prácticas de educación ciudadana”, es de carácter más práctico, ya que recopila la parte teórica de las dos anteriores ponencias, donde varios autores analizan el concepto de educación para la ciudadanía desde una perspectiva global, teniendo como referencia tres contextos geográficos con características comunes ante acontecimientos significativos en el desarrollo educativo, como son Estados Unidos, Europa continental y Reino Unido. Poniendo atención en temas como la crisis económica desde 2007 y el efecto de los movimientos migratorios que esta ocasionó, la concienciación medioambiental, el desarrollo y la aplicación de tecnologías a gran escala, etc.

Otras de las aportaciones de este texto es la educación de la ciudadanía, en la que se plantea que debe ser más amplia en cuanto al concepto de ciudadano global. Ser ciudadano global no es solo ser responsable ante las obligaciones con el sistema político, sino que implica ver mas allá de su realidad, ser buena persona, que se interese por el otro. Un ciudadano global aprende a vivir en comunidad. La ciudadanía global no entiende de fronteras.

Los autores plantean si es posible hablar de un modelo de educación para la ciudadanía global. Si es una utopía o una realidad, ya que ante la existencia de la situación a la que se enfrentan los refugiados e inmigrantes buscando un futuro mejor, se encuentran con el rechazo de los dirigentes políticos de algunos países. Al mismo tiempo resalta la responsabilidad que deberían asumir instituciones como las universidades, que mas allá de su formal papel educativo tienen un compromiso inseparable para el desarrollo de una ciudadanía justa y sostenible. Independientemente de las capacidades y conocimientos adquiridos en la titulación, necesitan una complementación en temas relacionados con la ciudadanía para conseguir el desarrollo profesional de los estudiantes, y de esta manera formarse como personas críticas y solidarias y capaces de crear nuevos modelos de convivencia en sociedades más diversas. Para conseguir todo esto es necesario crear iniciativas en estas instituciones de manera sostenible.

Es necesaria la responsabilidad de las universidades para trabajar en la ciudadanía global, haciendo mención a diferentes experiencias de educación para la ciudadanía global, como pone de manifiesto una de las experiencias llevadas a cabo por la Universidad de Santiago de Compostela con el nombre “Comercio justo y el consumo responsable”.

Es importante que esta lectura cree la inquietud para comprender la importancia de una educación para la ciudadanía en una sociedad donde tantos aspectos como los tratados puedan despertar el sentido de la responsabilidad y la participación activa en el proceso y desarrollo de conseguir una ciudadanía global y donde la base se halle en valores y respeto para los unos con los otros.

 

Carmen Quirosa Moreno